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Adaptarse al adversario

Enrique López Lorenzo

La mayoría de practicantes de Artes Marciales, hemos experimentado, en algún combate o ejercicio, como nuestro oponente tomaba ventaja sobre nosotros y nos ponía en una situaci6n «difícil».

Si lo analizamos, en cada ocasión que esto ocurra, pueden intervenir diferentes factores que nos produzcan una desventaja. Posiblemente, desde la velocidad de reacción y de movimiento (¡no son las mismas!) hasta la sincronización, el momento justo y adecuado en tiempo de realizar cualquier movimiento (timing) pasando por anticiparnos a sus movimientos e interceptarlos, pueden ser los factores determinantes que nos hagan conseguir una ventaja sobre nuestro oponente.

Supongo que la mayoría estaréis pensando que son muchos, difíciles y diferentes factores a tener en cuenta y que nos llevarán muchas horas de entrenamiento. Efectivamente es así. Aunque una de las ventajas principales puede ser, como indica el título del artículo, la capacidad de «adaptarnos al oponente». Como dijó Guro Dan Inosanto, la filosofía de combate es «adaptarse al adversario». La capacidad de que nuestros ataques sean eíectivos y lleguen a su objetivo, es proporcionalmente directa a la capacidad que tengamos de «adaptarnos a nuestro adversario».
Analizar a nuestro oponente, es uno de los motivos de estudio principales en Jeet Kune Do. Para adaptarnos correctamente a sus movimientos, debemos ver si nuestras técnicas «habituales» funcionan. Ajustar y «romper» el ritmo a nuestra voluntad, interceptar sus ataques con movimientos ofensivos o mantener una distancia adecuada hasta que se produzca una nueva oportunidad de ataque.

Este análisis que propongo es consecuencia de horas y horas de entrenamiento y sparring con diferentes oponentes. Es vital practicar con diferentes oponentes en el entrenamiento, porque cada oponente suele dar una «energía» diferente. La misma técnica, puede que no funcione contra diferentes adversarios. Para aprender a «adaptarse» al oponente debemos practicar mucho en la técnica básica y trabajar en secuencias programadas con el compañero a diferentes ritmos y velocidades. La repetición de cada movimiento básico miles de veces (¡si, si, miles de veces!) elevan nuestra capacidad de «adaptación» a cualquier tipo de oponente. En Jeet Kune Do no estamos limitados a una distancia o estilo en concreto, por lo que tenemos que tener la habilidad de adaptarnos a cualquiera de ellos, «encajando» en el método de nuestro rival.

En ocasiones, se produce una falta de sincronización o nos encajamos en movimientos «robotizados» que nos sacan del ritmo de la secuencia que estamos ejecutando. En este momento, una de las alternativas es hacer lo que propone Sifu Cass Magda, «en caso de duda, straight blast» (secuencia de puñetaxos verticales encadenados, normalmente avanzando, a la altura del cuerpo y la cara del oponente) El «secreto» radica en la cantidad de horas de entrenamiento que se «inviertan» en la practica de las Artes. No existen caminos cortos.

Como Sifu Tim Tackett dice a sus estudiantes «be like water my friend…» Recordar que un practicante de Jeet Kune Do debe ser flexible y adaptarse en todo momento al combate. No existe ningún método de lucha real preestablecida. La lucha es cambiante en todo momento. Se como el agua y adáptate a tu adversario.

«Permanece sin forma, como el agua, Ahora pon agua en una copa y llegará a ser como la copa, ponla en una tetera, y llegará a ser como la tetera. Ahora el agua puede fluir o deslízarse o gotear o estrellarse. Se agua, amigo mío… »
Bruce Lee a James Franciscus en «Longstreet», la serie de televisión.